Soy yo, el acusado, quien tendría que juzgaros

Ante la resistencia de Mons. Lefebvre contra el concilio Vaticano II y las reformas conciliares, se le ha tachado de “papista contra los Papas”.
La presente obra del “obispo de hierro“ hace justicia de tal imputación: su combate contra los errores modernos no es más que la continuación de una lucha emprendida por los Papas del siglo XIX y de la primera mitad del siglo XX.
He aquí el programa de combate que se impone a todo hijo fiel de la Iglesia Católica.