El reino de Dios II: La Iglesia y el Orden Político

Nuestro primer tomo sobre El Reino de Dios suscitó reacciones muy encontradas entre lectores que dicen estar, sin embargo, en la misma posición antiliberal, desde la gratitud por los esclarecimientos, hasta el más amargo vituperio por nuestro clericalismo. Pareciera entonces que se trata de una cuestión disputada entre católicos, en la que hay libertad de opinión.

en este segundo tomo demostramos que no. Recorremos la formación y el apogeo de la Cristiandad, deteniéndonos en el umbral de la crisis que desata su decadencia. Nuestra exposición se ha hecho extensa porque exponemos no sólo las doctrinas, sino también los hechos históricos, pues nos ha parecido indispensable para percibir la complejidad del asunto que tratamos. Pero prestamos especial atención a las declaraciones pontificias. Mostramos así, con los textos, que desde San León Magno en el s. V, hasta Bonifacio Viii en el s. XIV, hay mil años de magisterio continuo, que termina con la definición dogmática de la bula Unam Sanctam, que no permite en modo alguno que un católico sostenga que el poder político no deba subordinarse, por sí mismo y no por accidente, al poder eclesiástico, a riesgo de perder su misma legitimidad. Y saberlo, decíamos, no es inútil, porque señala la raíz de la crisis política que sufre el mundo y el lugar que debe ocupar el sacerdocio en relación a la sociedad civil y doméstica.