Henry La Praz
Henry La Praz
La vida de este sacerdote de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X sorprenderá al lector. Después de ingresar al seminario de Ecône en 1980, contrajo una terrible enfermedad intestinal que lo llevó a someterse a más de 100 intervenciones quirúrgicas con anestesia total en su segundo año de filosofía, ya que era necesario extirpar la parte dañada de su intestino. De esta manera, logró sobrevivir milagrosamente con tan solo 1,5 m de intestino delgado y 45 cm de intestino grueso. Los médicos no podían creerlo. Hasta tal punto que en 1986, Mons. Lefebvre decidió ordenarlo sacerdote, ya que no se esperaba que viviera mucho más. A pesar de someterse varias veces a quimioterapia y de llevar una vida dolorosa y con frecuentes hospitalizaciones, dedicó casi ocho años de sacerdocio a Dios en esta tierra. Aquellos que lo conocimos como compañero en el seminario y más tarde como sacerdote en el apostolado siempre quedamos edificados por su conducta y conversación. Nunca lo vimos triste, ni observamos en él nada digno de reproche. Siempre mostraba una sonrisa en su rostro y nos alentaba en nuestras dificultades. Constituía un ejemplo tangible de santidad y un auténtico modelo de vida sacerdotal. A pesar de la terrible enfermedad que consideraba como el mayor regalo que Dios le había concedido, se convirtió en lo que Mons. Lefebvre denominó el "pararrayos de la Fraternidad". Gracias a sus sufrimientos, Dios bendecía y protegía a nuestra Congregación. Estas notas biográficas han sido redactadas por el P. Michel Koller, su íntimo compañero y confidente, tanto en la escuela de relojería antes de ingresar al seminario, como después en el seminario y a lo largo de su vida sacerdotal.