Para confesarse bien

Para quien ha ofendido a Dios con culpa mortal, no hay otro remedio que oponer a su condenación que confesar el pecado.¿Y si me duelo de él de corazón? ¿si hago de él penitencia por toda la vida? Podrás hacer cuanto quieras; sino confiesas el pecado de que te acuerdas, no puedes ser perdonado.

Por ello, San Alfonso María Ligorio en este breve opúsculo te invita a confesarte, a confesarte bien y oportunamente para la salvación de tu almacén verdadero dolor de las ofensas hechas a Dios.

¡Cuántas infelices almas, habiéndose acostumbrado a calar la culpa diciendo: "cuando me vea ceca de la muerte, entonces la confesaré", se han visto después en el trance mortal, uni aún así la han confesado!