Sor María de Jesús crucificado
Sor María de Jesús crucificado
¿Quién ha creído que la savia de la santidad se hallaba agotada para siempre en las iglesias de Oriente, que la tierra de Jesús, de la Santísima virgen, de San Juan Bautista y de los Apóstoles había decaído en el orden espiritual y moral, tanto como en el material y económico?
La modesta Hermana conversa de Belén es una respuesta de la gracia a esas apreciaciones pesimistas. Si, desgraciadamente, es harto verdad que la decadencia engendra, tanto en los individuos como en los pueblos, un debilitamiento de las hermosas virtudes tradicionales, la omnipotencia divina, que jamás se agota, se complace en realizar, ya resurrecciones individuales, menos señalados sin duda, pero porque son, para toda una raza, ,olivo de esperanza y timbre de noble orgullo.